Internet nos permite acceder a la información a plazos antes inimaginables. Desde sus inicios se ha utilizado con la finalidad de publicar, intercambiar y buscar información. A principios de la década de los noventas ya existían servicios como las salas de conversación, el correo electrónico, los foros de discusión y los buscadores.

Con la llegada de los teléfonos inteligentes se estima que actualmente cerca del 75% de las personas buscan a través del Internet los productos y servicios que necesitan. Este medio ya no es exclusivo de las nuevas generaciones.

Por ello muchas empresas e individuos han visto en el desarrollo de una página o aplicación web no solo una necesidad pero también una ventana de oportunidad para dar a conocer sus productos y servicios de manera local, nacional e incluso internacional.

Es común creer que el desarrollo de una página o aplicación web es sencillo pero incluye aspectos de diversas ramas como el diseño gráfico, la mercadotecnia y la programación. Platiquemos un poco acerca de aquello que implica el desarrollo de una página o aplicación web.

En principio se deben establecer las necesidades especificas del cliente. En el caso de una página web ¿Deseamos promover un producto, un servicio o un catálogo entero? ¿Hablamos de un artista que desea mostrar su portafolio al público o de un empresario que quiere dar a conocer un nuevo producto? Conocer esta información nos permitirá saber que estructura debe tomar el proyecto de página o aplicación.

Ahora entran en escena las artes gráficas. Es tiempo de hacer una selección de imagenes, vídeos o audios, pero además también debemos seleccionar una tipografía y una paleta de colores.

Después empezamos a integrar el texto de la página o las funcionalidades de nuestra aplicación. Es necesario escribir textos que sean claros con nuestro público y que sean funcionales ante los buscadores de Internet. La intención es que nuestros clientes se retiren satisfechos con la información que han encontrado y así puedan toman una decisión informada a la vez que deseamos que los buscadores de Internet nos muestren al mayor y más adecuado público posible.

Una vez que hemos integrado texto y multimedia en nuestra página es tiempo de revisar contenido en compañía de nuestro cliente hasta que tengamos la certeza de tener una página o aplicación web que cumple con las expectativas que nos establecimos desde un principio.

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